domingo, 23 de junio de 2019

FARC, PARA PROTEGER LA VIDA HAY QUE RESARCIR DAÑOS.

Las FARC eligieron la libertad con impunidad con desmedro de la rectitud y la seguridad.

Cuando un gobierno ofrece privación de la libertad con disminución de penas en un proceso de paz, no está ofreciendo sólo resarcimiento por crímenes cometidos, sino, seguridad para todos los integrantes del grupo que ha subvertido el orden y que en el proceso de degradación de la guerra han cometido crímenes de lesa humanidad, la intención del Estado no es solamente conseguir un resarcimiento del daño, sino, serenamiento del espíritu de venganza de las víctimas.

Colombia no es un país de mansas palomas, el Estado es incapaz de controlar a todos los grupos violentos y entre ellos se encuentran las víctimas de las Farc, quienes no descansarán hasta ver correr toda la sangre que hicieron derramar los victimarios.

La única manera de proteger a los victimarios de las Farc es que ellos mismos pidan al Estado que sean recluidos en prisiones agrícolas y académicas adecuadamente protegidas, donde puedan cumplir sus penas, ademas de desarrollarse en los ámbitos laboral, académico y humanístico, donde no puedan tener acceso las adoloridas y también violentas víctimas de las FARC.

Las FARC eligieron la libertad sin resarcir a las víctimas, entonces también tienen que aceptar la inseguridad que vivimos cada día todos los colombianos cuando enfrentamos y perdemos la vida sin haber cometido ningún delito, víctimas de todos los delincuentes que nos rodean.

Un Estado que con la máscara de proteger los derechos humanos de los delincuentes olvidó los derechos humanos de los que a cada día somos víctimas de ellos, es inequitativo.

Los castigos deben corresponderse con la gravedad del delito, un asesinato debe castigarse con una pena similar.

Los abogados corruptos y los jueces que evadan sus responsabilidades también debe medírsele con el mismo rasero.

Cuando un Estado no cumple sus obligaciones constitucionales de proteger la vida, honra y bienes de su pueblo, es este, el constituyente primario, el llamado a castigar a los delincuentes; así que no podemos quejarnos cuando la sociedad tome estas dolorosas decisiones de sacar del medio a quien el Estado no castigó.

Colombia es un Estado fallido en derechos humanos, en justicia y en equidad; congresistas, jueces y políticos con prontuario delincuencial, ejerciendo funciones supremas del Estado, es una situación lamentable, ya que son ellos los perpetuadores de la inmoralidad del Estado. 

No tenemos esperanza, los delincuentes del estado protegen a los delincuentes de las calles, de ese modo estamos condenados a un baño de sangre eterno.

Los corruptos alimentan el río de sangre que padecemos, pero, el hambre, no permite que corra la sangre de los corruptos.

1 Reyes 21:19 

Le hablarás, diciendo: ``Así dice el SEÑOR: `¿Has asesinado, y además has tomado posesión de la viña ?' También le hablarás, diciendo: ``Así dice el SEÑOR: `En el lugar donde los perros lamieron la sangre de Nabot, los perros lamerán tu sangre, tu misma sangre .'

Carlos Mario Pereira Yepes.